El disco trilobulado, descubierto
en la tumba del príncipe egipcio Sabu. Este artefacto de 5000 años de antigüedad
hace 70 años que tiene desconcertados a los egiptólogos.
Oopart (Out of Place Artifact),
es la denominación ganada durante el siglo pasado por decenas de objetos
prehistóricos hallados en distintas partes del planeta, que dado su nivel de
tecnología desarticulan completamente la edad estimada mediante estudios físicos,
químicos y/o geológicos. Los “oopart” se han convertido en un rompedero de
cabeza para los científicos que avalan la teoría de la aparición del hombre
hace unos 6 millones de años atrás, y es un deleite para investigadores
aventureros y amantes de teorías no convencionales.
Características del hallazgo
Lugar: Sakkara, Egipto
Fecha: Primavera del 1936
Condiciones del hallazgo: El
disco trilobulado fue descubierto por el famoso egiptólogo Brian Walter Emery,
durante la excavación de la tumba del Príncipe Sabu, hijo del faraón Adjuib.
El artefacto, que mide 60
centímetros de diámetro y 10,6 de altura en el centro, está confeccionado en
esquisto, un tipo de roca negro azulada caracterizada por quebrarse fácilmente
en hojas.
Su aspecto es el de una hélice de
tres aspas, con un orificio central bordeado por un relieve para un presunto
eje.
Muchos investigadores se
encuentran de acuerdo en que el artefacto no podría ser una rueda, ya que esta
recién apareció en Egipto hacia el 1500 a. C., durante la Dinastía XVIII, con
la invasión de los Hicsos. Sin embargo, algunos grabados donde parece dibujarse
ruedas se remontan hacia cerca de la Dinastía V, aproximadamente un milenio
antes que dicho período. Pero el disco lobulado de Sakkara, supondría un
desafío aún mayor para los egiptólogos, puesto que remontaría el conocimiento
de la rueda unos 3000 años a.C., en la época de la Dinastía I.
Otra hipótesis más increíble aún,
hace suponer que el disco de esquisto es nada menos que una hélice utilizada
con fines hidráulicos, lo que implicaría que los egipcios probablemente ya
poseían la tecnología para construir motores eléctricos. Aunque tampoco se
vería descartado el funcionamiento no eléctrico de una hélice, ninguna de ambas
ideas parece sostenerse mediante hallazgos en el campo de la egiptología.
Muchos egiptólogos se han visto
desconcertados ante la función del disco trilobulado que acompañaba junto a
otros utensilios de cobre, el cuerpo del Príncipe Sabu.
Algunos, como el reconocido
investigador Cyril Aldred, opinan que el disco no es más que la reproducción de
un objeto metálico mucho más antiguo que este. Otros creen que puede tratarse
de un simple pie de candelabro, algo poco probable debido a lo trabajado de su
forma y a la curvatura de sus hélices.
De cualquier forma, el disco
trilobulado descansa actualmente en la primera planta del Museo del Cairo, en
donde todos pueden apreciar el artefacto y preguntarse qué clase de tecnología podían
manejar los egipcios hacia la primera época de su glorioso imperio.
Fuente: www.lagranepoca.com
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