El antiguo mausoleo,
erigido hace más de 2000 años, donde
fueron enterrados los restos del primer emperador de China, Qin Shi Huang, aún permanece en el misterio para la arqueología y la historia, debido a que gran parte de la tumba permanece sellada e inexplorada.
El antiguo mausoleo,
erigido hace más de 2000 años, donde
fueron enterrados los restos del primer emperador de China, Qin Shi Huang, aún permanece en el
misterio para la arqueología y la historia a pesar de haber sido hallada y cuyo
hallazgo fue considerado como uno de los mayores descubrimientos arqueológicos
de todos los tiempos, debido a que gran parte de la tumba permanece sellada e
inexplorada.
El gigantesco
recinto funerario que alberga la tumba de Qin
Shi Huang, fue enterrada y sellada hace más de 2 mil años. Fue construido durante 38 años por mandato
del emperador y posee 2,13 kilómetros de diámetro.
Una maqueta de la tumba del primer emperador de China.
| Fuente: www.terraeantiqvae.com
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El periodo
después del 218 a. C. fueron inestables para todo el mediterráneo cuando el
expansionismo de la República Romana amenazaba la región, quienes, por aquel
entonces, entraron en guerra con los cartagineses. Pero por otro lado, en el
lejano Oriente, esa misma época fue un periodo relativamente estable, debido a que
emergió una China unificada tras el caos en que estaba sumido por el periodo de
los Reinos Combatientes. Fue Qin Shi
Huang, el responsable de liderar y lograr esa unificación de los siete
estados que estaban en guerra para luego formar la primera dinastía imperial de
China. Este joven emperador forjó su vasto imperio mediante la imposición de
sistemas únicos de escritura, de dinero, de peso y de medidas junto con la
construcción de canales y caminos. Para proteger su frontera norte, el emperador
mandó la construcción de la Gran Muralla
de China.
Este
legendario primer emperador de China estaba obsesionado con la vida, pero
también con la muerte. Mientras dedicaba parte de su tiempo a la búsqueda de un
elixir para lograr la inmortalidad, también, al mismo tiempo, estaba dedicado a
la construcción de su tumba.
Un estudio realizado en el 2017 a los antiguos textos escritos en miles de tablillas
reveló el poder que tenía el emperador y su gran deseo por vivir para siempre.
Estos textos incluyen una orden ejecutiva del emperador para la búsqueda a
nivel nacional de un elixir que prolongue la vida.
En ellas se
hallaron informes: el de una aldea llamada "Duxiang", que advertía
que aún no se había hallado ninguna poción milagrosa en su región, pero que
continuarían buscando, le aseguraban al emperador. Otro informe de un lugar
denominado "Langya", advertía al emperador haber hallado una hierba
en una "montaña local auspiciosa", que podría tener propiedades para
lograr la inmortalidad.
Cabe
resaltar que la construcción de la tumba del emperador comenzó a ser erigida
mucho antes de que Qin Shi Huang se
convirtiera en el primer emperador de China, quien ascendió al trono de Qin
cuando apenas tenía 13 años, e inmediatamente comenzó a construir su lugar de descanso
eterno.
Solo cuando en
el 221 a. C., Qin Shi Huang, logró
la unificación con éxito de China, comenzó la construcción a gran escala de su
tumba, ya que por entonces poseía mucha mano de obra bajo su mando, un total de
700,000 hombres en todo el país.
La tumba
que, aun hasta hoy encierra misterios, está ubicada en el condado de Lintong,
provincia de Shaanxi, tardó más de 38 años en ser construida, y solo pudo
completarse varios años después de su muerte.
Qin Shi Huang, el primer emperador de China. (Dominio público)
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Un relato
sobre la construcción de la tumba se puede hallar en los Registros del Gran
Historiador de la dinastía Han, Sima
Qian.
Según este
historiador la tumba de Qin Shi Huang
poseía palacios y torres donde podrían caber cien funcionarios. También hace
mención de numerosos artefactos y tesoros raros. Además de eso, los dos
principales ríos de China, el Yangtze y el río Amarillo, fueron simulados
usando mercurio dentro de la tumba, los cuales recorren de forma mecánica y
desembocan en el mar.
Mientras que
estas representaciones decoraban el piso de la tumba, su techo estaba decorado
con la representación de las constelaciones celestiales. Todo esto para el
emperador, Qin Shi Huang, pueda
continuar gobernando su imperio incluso desde la otra vida.
Para
proteger la tumba, el emperador ordenó a sus constructores hacer trampas que
dispararan flechas a cualquiera que intentara entrar en ella.
Tras su
muerte, su hijo, quien dirigió sus funerales, ordenó la muerte de las concubinas
que no tenían hijos del emperador para que lo acompañaran en el más allá.
Luego de
concluida la ceremonia funeraria, se bloqueó el pasillo interior y se cerró la puerta
exterior, quedando atrapados en su interior los artesanos y constructores de la
tumba. De ese modo se aseguraron que el funcionamiento de las trampas mecánicas
no sean divulgadas y los valiosos tesoros de la tumba se mantengan en secreto y
a salvo de los saqueadores. Luego de eso, se plantó vegetación encima de la
tumba para que simulara ser solo una colina.
La tumba del emperador Qin Shi Huang, se asemeja a una colina.
| Fotos: www.terraeantiqvae.com
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Aunque ya
existían antiguos registros sobre la existencia de la tumba de Qin Shi Huang, desde un siglo después
de su muerte, este antiguo mausoleo fue redescubierto recién en el siglo XX,
aunque hasta el día de hoy aún se desconoce si la tumba en algún momento fue
saqueado o permanece intacta.
En el año
1974, unos agricultores del condado de Lintong, que excavaban pozos, hallaron a
un guerrero de terracota de tamaño natural. Este fue el inicio de uno de los
mayores descubrimientos arqueológicos de todos los tiempos. Las excavaciones
desde entonces, que llevan ya más de cuatro décadas, han sacado a la luz alrededor
de 2000 guerreros de terracota. Sin embargo, se estima que existe un total de
6000 y 8000 de estos guerreros que fueron enterrados con el emperador Qin Shi Huang. Además, estos hallazgos
solo son una pequeña parte de todo lo que está enterrado en los alrededores, es
solo la punta del iceberg de todo lo que alberga la tumba del emperador que aún
permanece sin excavar.
Los guerreros y caballos de terracota, es una representación escultórica de
los
ejércitos de Qin Shi Huang, el primer emperador de China.
| Foto: David
Castor (Dominio público)
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Se hace muy
poco probable que la misteriosa tumba del emperador Qin Shi Huang sea abierta en los próximos años debido a las trampas
explosivas que posee, tal como lo menciona el historiador Sima Qian. A pesar de permanecer enterrado más de dos milenios, los
investigadores, entre arqueólogos y museólogos, han argumentado en que abrir la
tumba sería un desastre porque las trampas podrían seguir funcionando con mucha
eficacia y las explosiones la dañarían irremediablemente. Además, la presencia
de mercurio se hace peligroso para los exploradores que intentaran entrar por
ser un elemento mortal.
Nuestra
tecnología en la actualidad aún no es adecuada como para realizar exploraciones
dentro de la tumba subterránea, ni para la preservación de los artefactos
hallados. Los guerreros de terracota, por ejemplo, originalmente estaban
pintados en rojo brillante, azul, rosa y oro, hoy los guerreros de Qin Shi Huang carecen de color, eso es
porque tras ser expuestos a la luz solar la pintura se descascaró de
inmediato.
Hasta que no
se haya logrado más avances tecnológicos, es poco probable que los arqueólogos
se arriesguen en abrir la tumba del primer emperador de China. Los secretos de
su tumba aún seguirán siendo un misterio inquietante.
Fuentes: www.bbc.com/ www.ancient-origins.net/
www.es.wikipedia.org/
Ilustración de portada: Representación de la tumba de Qin Shi Huang. Fuente: hina.org.cn
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