lunes, 6 de julio de 2020

Conozca las Chinkanas, los misteriosos túneles subterráneos que se hallan en Cusco, Perú [VÍDEO]


Las Chinkanas son un conjunto de intrincados pasajes y red de galerías subterráneas que se hallan en Cusco, muy cerca de Sacsayhuaman y que conectarían con el mundo intraterreno de los Incas. Un investigador se adentró a estos laberintos subterráneos y logró captar imágenes sorprendentes.
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Las Chinkanas (del quechua “chinkana”; lugar donde uno se pierde) o también conocidas como laberintos, son misteriosas cuevas hechas sobre roca caliza; no se sabe si fueron los incas o una civilización anterior a ellos quienes lo hicieron, ni cómo, ni el propósito de su construcción.


En torno a estas misteriosas construcciones, decimos ‘construcciones’ porque es notorio que fueron hechas por la mano del hombre en algún remoto pasado, aunque parte de ella pudieran ser túneles naturales propios de la geología, se han tejido muchas conjeturas, mitos y leyendas: algunos afirman que fueron hechas por una desconocida civilización antediluviana, y otros dicen que fueron los incas quienes hicieron estos laberintos para adentrarse a las entrañas de la Pachamama (Madre Tierra) y hacer rituales sagrados dentro de ella.
Galerías subterráneas debajo del Koricancha. 
Diferentes cronistas han dejado datos sobre las chinkanas inca, y existe una teoría que sugiere que uno de estos pasajes estaría conectado con el Koricancha, el antiguo Templo de Oro del Cusco.
Agnelio Oliva (1542-1572)
El Padre jesuita Agnelio Oliva (1542-1572), nos relata que: "Huayna Cápac dotó de nuevos, muy suntuosos y grandes edificios y a él es atribuida la construcción del laberinto subterráneo que llaman Chincana, del cual laberinto había salidas a los caminos de fronteras, puentes, fortalezas y otros edificios".
Fray Martín de Morua (1590)
En una crónica de 1590, escrita por el padre mercedario fray Martín de Morua, en el capítulo IX nos dice: "Del gran infante y capitán Ausi Topa hijo del famoso Topa Inga Yupanqui......Este valeroso capitán Ausi Topa fue el que por mandato de su padre, hizo un camino debajo de la tierra en la fortaleza de esta ciudad del Cuzco hasta Curicancha que era donde ellos tenían el templo y oratorio del sol y de la luna y de todas las demás huacas que ellos adoraban, hasta la entrada de este socabón en la dicha fortaleza en donde llamaban la chingana aunque ya es perdido y acabado todo, porque no hay quien atine por donde va, sino es solamente la entrada, porque en entrando algún trecho se pierden y no pueden dar con el camino. Porque ni en el dicho paraje del Curicancha no hay memoria de ello y dicen que el inga lo mandó cerrar porque no entrase nadie dentro. Fue como dicho es".

Garcilaso de la Vega (1609)
Garcilaso de la Vega (Comentarios Reales de los Incas, 1609) explica que:
“Una red de pasajes subterráneos, tan largo como las propias torres estaban todos conectados. El sistema era compuesto de calles y alamedas partiendo en todas las direcciones, todas con puertas idénticas. Era tan complicado que ni siquiera los más valerosos se aventuraban a entrar en el laberinto sin una guía de orientación que consistía en un rollo de cuerda o brabante grueso atado a la puerta de entrada para ser desenrollado a medida que se fuese avanzando por los túneles. Cuando niño acostumbraba a ir hasta el fuerte con los chicos de mi edad, pero no nos atrevíamos a ir muy lejos, permaneciendo siempre en lugares donde hubiese la luz del sol, pues teníamos mucho miedo de perdernos, después de oír todas las historias que los indios nos contaban sobre el lugar.........”.
Garcilaso continua señalando: “Algunos de los túneles llegaban a Cusco, a tres kilómetros de distancia, comunicando Saqsaywamán con el Koricancha y otros edificios. Otros túneles se adentraban hacia el mismo corazón de los Andes, sin saber a donde conducían exactamente.”
Las investigaciones sobre estos laberintos tomaron nuevamente importancia en el año 2003, cuando la prensa internacional se hizo eco tras el hallazgo de un gran túnel subterráneo de dos kilómetros de longitud en el subsuelo cusqueño. Hallazgo se hizo como resultado de los trabajos realizados por el PROYECTO KORICANCHA a cargo del arqueólogo español Anselm Pi Rambla y su equipo de exploración, quien afirma que dicho túnel conecta a Sacsayhuamán con el Koricancha (actual templo de Santo Domingo).
El arqueólogo Anselm Pi Rambla junto a nativos cusqueños.
Además Anselm Pi Rambla añadió que el túnel descubierto no era más que una pequeña parte de un gran entramado de galerías, cámaras y mausoleos que con toda seguridad se extendían bajo el suelo de la ciudad, como así parecían indicar todos los resultados realizados con modernos y sofisticados equipos de radar, que señalaban entre otros puntos que, diferentes túneles, comunicaban el actual Convento de Santo Domingo con el Convento de Santa Catalina o Marcahuasi, con la Catedral o Templo del Inca Wiracocha, con el Palacio de Huáscar, con el Templo de Manco Cápac o Colcampata y con el Huamanmarca. No olvidemos que las iglesias católicas actuales fueron construidos encima de los antiguos lugares sagrados inca. Estas galerías se encuentran a unos 100 metros de profundidad bajo la ciudad del Cusco, según señala el investigador.

Existen leyendas que narran la historia de aventureros que se adentraron en la chinkana grande para nunca volver, entre ellos se narra la historia de 2 jóvenes que se lanzaron a la aventura y fueron a explorar estos túneles. Después de varios días caminando entre los corredizos, lograron encontrar un choclo de oro, tras su hallazgo intentaron encontrar la salida, pero no pudieron. En su desesperación uno de ellos murió en el intento, su compañero, después de muchos días de esfuerzo, logró encontrar una salida por la iglesia de Santo Domingo, muriendo poco después con la mazorca de oro en la mano.
Una de las entradas a la chinka chika que está accesible a turistas.
Las chinkanas más accesibles de la ciudad del Cusco se pueden hallar en dos sectores que son parte de Sacsayhuamán, pero no todos logran entrar y filmarlos como lo hizo el investigador Rafa Mercado, cuyo vídeo podemos ver más abajo. La chinkana chica está ubicada a 150 metros del rodadero o Suchuna, es la más pequeña y es accesible al público, pues su recorrido es corto, y la chinkana grande está ubicada a 200 metros de la pequeña, pero está totalmente cerrada al público. Nadie tiene permitido acceder a estas cuevas debido a que muchas personas se extraviaron, por lo mismo es conocida con el nombre de Zona X. La denominación "X" obedece también a que desde gran altura el conjunto de cavernas dibuja esta letra, como si el lugar hubiese sido marcado o concebido desde los cielos del Cusco. Además se pueden encontrar esculturas de piedra que se asemejan notablemente con las que se hallan en Hayumarca (Puno) y Marcahuasi.
Este sector inexplorado de Cusco, poco a poco se va convirtiendo en un atractivo turístico, más por la fama de fenómenos extraños que dicen que acontecen allí y los misterios que encierra su construcción, que por un interés histórico o arqueológico.
Fuentes: www.cusconoticias.pe / www.quintahumanidad.blogspot.com
El investigador Rafa Mercado se adentró a estos laberintos subterráneos y nos muestra imágenes sorprendes en el siguiente vídeo. 
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